Thursday, October 23, 2008

Tuesday, October 21, 2008

Taquicardia de un mensaje emprendedor y proactivo

Nunca fui popular en la escuela, ni tampoco lo soy ahora en la facultad...Jugué con las muñecas hasta los 13 ó 14 años, fumé mi primer cigarrillo a esa edad y me atoré terriblemente, tuve una fiesta de 15 años llena de familiares y con muy pocos amigos, un vestido medio rosa que mamá escogió y un salón repleto de globos con colores que hasta ahora no me gustan. Me emborraché como se debe a los 16 y terminé la escuela sin haber tenido enamorado. Alguna vez llegué ebria a un examen, también drogada, la marimba no me hace efecto, me pongo más migrañosa de lo que soy habitualmente, miro mal a todos y les pregunto de qué se rien....ya volviendo a la normalidad, me río como defecto y bromeo de todo lo que se me viene a la cabeza, lo último que dije y me dio risa fue "pendejos de loco" refiriéndome a la cabellera de una chica que no me simpatiza.

Dormí con un chico a los 20, sólo dormí, y fue algo que yo no decidí y ni siquiera me percaté de ello,he corrido hasta caerme, he corrido hasta romper los zapatos, he llorado hasta que los ojos se salieran de sus órbitas, he jalado mis días para poder dormir, he jalado a las horas por no servirme de mucho, nunca jalé cursos en la escuela, en la universidad sólo fueron dos, en mi conducta diaria probablemente tuve 20 por saber portarme mal, por saber disfrazarme cuando era necesario y por haber sabido afrontar los malos rajes que hasta hoy son ingratos conmigo.

Y sí les hablara de ellos, ¡ay los ingratos! son cosas que prefiero no contar, pero los rajes son algo que me dan risa hasta ahora... en esos momentos me siento como el Chavo, que dice las cosas justo cuando el susodicho está detrás suyo o cuando todos se callaron, con ese silencio acusador sólo nos queda sonreír y bajar el telón.

Hoy me regalaron una canción, una canción vieja que la pasé cantando desde que formatearon mi computador: "My funny Valentine" You make me smile with my heart. Sí, te hago reír y me río también. Río como el que me siento al despertar, por eso me dejo fluir, para deslizarme silente y rápida a la primera hora del día.

Y voy buscando los caminos para llegar hasta ti, por eso es cada vez más fácil hacerme la idea de que no estoy sola, pues cada vez que tengo algo ya no lo pienso para uno sino para dos.
Entonces la calle se hace más grande cuando camino por ahí, la aventura se vuelve diminuta si no estás. Y con todo eso, ahora me quedó frente al monitor, con una pista de aterrizaje que ciertos días por la noche hace fiesta porque vendrás, también termino con los últimos cursos en la universidad y ya constituí una pequeña empresa que me volverá loca ahora que ya es formal.

Y sigo esperando con correr contigo frente al mar, compartir las nubes de napa y polar, llegar a escribir algo como "Cómo soñar con ser multimillonario sin estar dormido" y ganar mucho dinero con eso, con sacarle la vuelta a Carreño y decir que Frida Holler se equivocó, que el dedo meñique es rebelde y se rehusa a seguir al rebaño, que eructar fuerte en la mesa es el mejor chiste después de comer, que la semana no existe de lunes a viernes y sólo los sábados y domingos me bombea el corazón.

Así paso día a día, con el cemento tragándose mis pasos

Monday, October 13, 2008

Friday, October 10, 2008

Recomendable

[poesía de Jaime Sabines]

Tarumba

Tarumba.
Yo voy con las hormigas
entre las patas de las moscas.
Yo voy con el suelo, por el viento,
en los zapatos de los hombres,
en las pezuñas, las hojas, los papeles;
voy a donde vas, Tarumba,
de donde vienes, vengo.
Conozco a la araña.
Sé eso que tú sabes de ti mismo
y lo que supo tu padre.
Sé lo que me has dicho de mí.
Tengo miedo de no saber,
de estar aquí como mi abuela
mirando la pared, bien muerta.
Quiero ir a orinar a la luz de la luna.
Tarumba, parece que va a llover.



Duérmete, mi niño, con calentura

DUÉRMETE, MI NIÑO, CON CALENTURA,
con dolor de cabeza,
estírate.
Duérmete con todo el cuerpo, niño,
envidia de los ángeles,
hijito enfermo.
Duérmete sin el grillo,
sin la aguja,
sin hambre.
Duérmete hasta mañana.
Duérmete, duérmete.
Vámonos a dormir,
a dormirnos.
El tubo de la noche, estírate.
Que se diga que julio se duerme.
(Porque en la noche viene Tará
y te quita la enfermedad.
Luego encendemos el sol
con un cerillo de alcohol.)
Pero duérmete mi niño,
mi pedacito, a dormir,
a dormirse ya.
(Don julito el fanfarrón,
don julito es un fregón.)
Voy a sacudir tu cama:
que no tenga calentura
ni dolor de barriga
ni pulgas.
Aquí pongo este letrero
contra los mosquitos:
que nadie moleste a mi hijo.
Vamos a cantar:
tararí, tatá .
El viejito cojo
se duerme con sólo un ojo.
El viejito manco
duerme trepado en un zanco.
Tararí, totó.
No me diga nada usted:
se empieza a dormir mi pie.
Voy a subirlo a mi cuna
antes que venga la tía Luna.
Tararí, tuí,
tuí.


En este pueblo

En este pueblo, Tarumba,
miro a todas las gentes todos los días.
Somos una familia de grillos.
Me canso.
Todo lo sé, lo adivino, lo siento.
Conozco los matrimonios, los adulterios,
las muertes.
Sé cuándo el poeta grillo quiere cantar,
cuándo bajan los zopilotes al mercado,
cuándo me voy a morir yo.
Sé quiénes, a qué horas, cómo lo hacen,
curarse en las cantinas,
besarse en los cines,
menstruar,
llorar, dormir, lavarse las manos.
Lo único que no sé es cuándo nos iremos,
Tarumba, por un subterráneo,
al mar.