Llegué a casa al amanecer, totalmente desconsolada, pero resignada a la vez y volví a caminar por ella, esta vez tan vacía...mirando todo como si fuera nuevo o como si en cada rincón estuvieras tú...Teniendo la certeza de que vendrás a Lima cada verano, a buscarme de nuevo por la noche para ir al malecón, que llamarás y escucharé tu voz con ese dejo argentino que tanto me gustaba oír en ti, contándome lo que hacías por allá, hablándome de los bares y el rock, de la calle corrientes - esa que imaginaste como mi segundo hogar- en la que me veías corriendo contenta por todas las cosas lindas que ahí encontraba: los libros, los discos, los cigarrillos, el Luna Park...todo.
Ahora, trato de seguir...de encontrar esas piezas que se fueron contigo y sobretodo, de acordarme lo que leí en un cuento de Fuguet: "Es como si todo fuera una vieja película que ya no le interesaba volver a ver".
1 comment:
Me gustaría que tus textos fueran de ficción, pero me temo que los has escrito con sangre.
En este último presupuesto, ¿a qué echar mano?, decir que me han emocionado; que un poco me avergüenza compartir la nacionalidad con el que se ha marchado y en ese punto nada más implica alguno que otro matiz en la cultura doméstica; que nadie es dueño de nadie; que nadie enseña a nadie, todos aprendemos juntos; que lo mejor aún no te ha pasado; que tu añoranza por la calle Corrientes podría equivaler a la que tengo por el Cuzco, que quizá nunca conoceré.
Corazón, sí que has corrido contenta por la calle Corrientes y volverás a correr muchas veces más, seguramente más contenta aún, como corren las que están hechas de madera de ley.
Que algunos paréntesis de inconsciencia te traigan felicidades en este año.
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