Ya no hay más parches en mi ventana

Hace mucho tiempo he dejado de escribir, ya no hago remedos de poesía ni siquiera relato mi día para parchar esta ventana de la que salía luz de vez en cuando. Por eso, últimamente estuve tratando de explicarme por qué tanta dejadez.

A veces creo que me aburrí de las palabras escritas, ahora las canto, las grito y las maltrato eventualmente. Leo cosas completamente técnicas, obstinadamente racionales y exactas, estadísticas, fechas, nada abstracto ni metafórico, las palabras bonitas se han ido deformando y acabo cagándome en los lirismos porque a veces creo que han dejado de servirme... en momentos así recuerdo a José José cantando "El amor acaba" y el disco se raya justo cuando dice "Hasta la belleza cansa". Esa es la frase que se dibuja en mi frente cada noche cuando el día se parece más a un lunes [y yo odio a los lunes tanto como a las cebollas]

No les negaré que también me jodió la baja de popularidad de mi ventana en estos últimos meses, ya no puedo competir con la calatería y los chistes, los ensayos preclaros, las noticias y los vídeos de You Tube. Estuve pensando en un relanzamiento completamente sensacionalista, en el que estudiaré las diferencias entre la vedette y la calata, hablaré sobre los adelantos tecnológicos en transplantes de clítoris, también sobre el último grito de la moda turca y sobre la nueva edición del Código Da Vinci para principiantes.

Por otro lado, tú, querido(a) lector(a) que no tienes algo mejor que hacer, comprenderás que es imposible encontrar acá un ensayo pulcrísimo, con basta bibliografía y vertiginosas conclusiones porque simplemente no es mi estilo, si escribiera algo como eso no estaría publicado aquí. Yo nací para reirme y no necesariamente para hacer algo que merezca la suficiente importancia o trascendencia.

Podría regresar a las anécdotas frescas y fluidas pero mi vida ya cambio, definitivamente ha dejado de ser divertida. Y bueno...ahora me dedico a ver, a dibujar - cosas como la que acompañan el post, por ejemplo - a renegar, a cantar. Soy mil oficios: te decoro la oficina, te hago una curaduría, una catalogación, diseño tus afiches, corrijo tus textos, tomo fotos, tengo una agencia de regalos originales y sorpresas, diseño ropa, doy consejos, cachetadas, hago desgrabaciones, etc etc etc.