Saturday, February 24, 2007

Efectos del alcohol (Parte I)

Es gracioso acordarse de lo que uno hace cuando está ebrio. Mi primera experiencia con el alcohol fue a los 8 años...tomando lo que quedaba en los vasos de los invitados en la fiesta de mi abue. Recuerdo que me llamaron, volteé, me reí y ni bien me paré, caí...creo que luego me quedé dormida.

Pasaron 8 años más para que me vuelva a "picar" - porque tan ebria no quedé. Bajé a desayunar después del cumpleaños de mi papá. Era sábado y tenía clases en la pre. Como cualquier mocosa ignorante, no sabía que tomar en ayunas hacía mal...y bueno, vi una jarra de Singapur sobre la mesa - ese es mi trago favorito - y decidí tomarme varios vasos - grandes, llenos hasta el tope y encima, de golpe - hasta que pasados no sé cuantos minutos, quedé tendida en la mesa. El Guro, mi hermano, cuando me vio, me levantó y al darse cuenta que me reía más de lo normal, me dio comida - que no comí - luego, me llevó a rastras a mi cuarto y me encerró para que mis viejos no me vieran, pero lo que él no tomó en cuenta es que mi cuarto se abre por dentro…entonces como él quería evitar de que me vieran, le hice caso y salí con las sábanas encima creyéndome fantasma - es que a ellos nadie los ve, ¿no? Acto seguido comencé a pasearme por toda la casa diciendo: "buuuuuuuuuu buuuuuuuuuuuu". Al final mis padres nunca se despertaron, me cambié y fui a dar examen.

La segunda borrachera, la tuve cuatro años después...recuerdo que organicé una fiesta en mi casa y compré vodka - para el Singapur, mi debilidá - y como los invitados tardaban en llegar comencé a tomar y casi me acabo la botella...al final, la gente llegó cuando yo estaba ebria y el Guro no dejo entrar a nadie...Como era de esperarse, el lunes todo el mundo me miraba con cara de odio en la facultad.

Después de un año, yo ya estaba con Martín y viviamos felices. Aunque tuvo que chantarse dos de mis peores borracheras...una porque me dio aire y la otra, porque ambos tomamos un trago pésimo que hizo efectos primero en mi y luego, en él. Pero él en ambas oportunidades colocó un balde al lado de la cama para que lo tomara en caso de emergencia - se entiende ¿no?

La última fue ayer viernes. Tuve un día ocioso...me quedé en casa durmiendo todo el día - ¿será porque no probé ni una gota de café? - y en la noche se me hizo tarde para ir al cine...al final no salí. Al rato me llama un amigo y me dice para conversar y tomar con otros patas. Vinieron a buscarme y estuve en una reu con diez chicos, todos muy buena onda, escuchando música, bebiendo cerveza y ron en la vereda...a las dos de la mañana pedí que me llevaran a casa.

Sé cuales son mis límites y también cuando debo huir para evitar hechos muy vergonzosos...así que llegando a casa, me puse el pijama y me eché a dormir. Luego me levanté con ganas de arrojar pero no paso nada...al levantarme soñé que había vomitado y dije: "creo que sí lo hice" y como ya era costumbre tener un balde al costado...vi al lado de mi cama - obvio que ya no hay balde ni novio que me cuide - y sí, efectivamente ocurrió, pero en el cajón de mi velador - que es como un balde pero cuadrado...

Sólo atiné a matarme de risa durante medio día - aparte de lavar toda la ropa que tenía en ese cajón...

3 comments:

Anonymous said...

genial pepefina genial

atormentado said...

como ya te lo habia dicho en conversaciones messengerianas...

eres tan ordenada que hasta el vomito lo guardas en un cajon.
Solo tiens que recordar en no mezclar el cajon del vomito con el de los calzones pues!

que vendra despues?
(porque.. por algo le has puesto parte 1 no?)

Pepefina said...

Puse uno porque...porque ese no es el único efecto del alcohol, no?
=)