Saturday, May 14, 2005

Confesiones de una muñeca con peluca chistosa

Es la frivolidad y vanidad las que me mantienen más viva que nunca, mas nunca viva.
Yo le pedí a mi madre que me dejara usar pantalones anchos, que me dejara jugar al fútbol y volver a casa tan sucia como los niños, pero siempre estuve encerrada en la casa de las señoritas y así me comportara como un chico, los platos sucios se lavan en casa.

Mis juegos, plagados de vicios, solían vislumbrarme como una peligrosa asaltante o como una asesina en serie, dada mi frustración de no poder quedarme a vivir en la casa de las muñecas, de no poder encontrar la aldea con siete enanos sin ser la bruja, de que nadie me despierte con un beso magico.

La fidelidad es un termino que la experiencia me enseño a obviar, y yo cual Penélope, quise destejer mi pasado por las noches, para volver a empezar durante el día, pero no se puede... los días en mi vida estan hechos para dormir y si quisiera volver a empezar, cada noche sería tarde para escapar de los brazos de un eventual amante.

Que me queda, una de las pocas mujeres que no fue puta vive en una leyenda, por eso le sirven las alegorías...