Hoy tenía planeado ir a bailar - casi como cada sábado - más aún si es fin de mes y hay algo de dinero para gastar. Le pasé la voz a todas mis amigas para tomar ron con coca cola en casa y luego irnos al Directorio.
Estaba lista, esperando que todas lleguen pero Marina se cayó de las escaleras, Sara se quedó viendo películas en casa, Kathy se fue de frente al centro con Sandy y Kike quedó en buscarme para luego ir a casa de Clara.
Desde las 9 de la noche estuve intentando leer y concentrarme en un ensayo de Mirko Lauer, mientras pensaba de rato en rato en la maravillosa velada de baile y alcohol. Al final, Kike me llamó a media noche diciendo no venía.
Dejé de leer, bajé a la cocina y devasté el refrigedor al mejor estilo de Taz. Mis amigos han llamado diciéndome que tome un taxi y vaya hasta el centro pero creo yo que a mis 25 años, al fin me he vuelto una persona prudente**... Antes me hubiera aventurado, la edad e inmadurez me daban la confianza necesaria para hacer cualquier cosa, por eso antes todo era más divertido.
* Cómo se nota que no tengo nada interesante que escribir, ¿no?
**En el caso de los taxis, he visto 2 asaltos durante esta semana
"El aire está lleno de nuestros gritos, pero la costumbre ensordece" [Samuel Beckett]
Saturday, February 27, 2010
Repetir 100 veces
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[Una palabra que no debo olvidar]
[Una palabra que no debo olvidar]
Monday, February 15, 2010
¿Cómo empezó Yan Ken Po?

De cómo mi cachuelo de estudiante acabó siendo una pequeña empresa
Breve crónica de cómo empezó Yan Ken Po
Pop es Cía en la Casa del Auxilio

Esta es la única foto que tengo de la performance del viernes.
La tomó Jim Marcelo. Visiten su flickr
La tomó Jim Marcelo. Visiten su flickr
Este viernes 19
Monday, February 01, 2010
La chica triste que te hacía reir
La tristeza es una manta descolorida que arrastro desde hace meses, es un apagón intermitente producido por la distimia, una vieja moribunda maquillada con colores vivos, es una arruga en mi aurícula derecha y también un choque de placas oceánicas en mi sistema nervioso.
Ahora intento restablecerme y volver a la espontaneidad de siempre, a los relatos absurdos, las anécdotas extrañas, a las locuras que pueden parecer burradas pero que me divierten.
Que me echen de los bares, no ebria pero sí contenta, que le cante en la calle a los taxistas, mis compares cocoliches, "Chofercito carretero" y que luego me jalen para hacer ruta y llegar a mi casa o a otra casa en la que tomaré desayuno y dormiré para no ver cómo se acaba el domingo.
Bailar en medio de la pista vacía y que me bote un claxon gritando "Loca", reirme luego para que no renieguen más. Las cosas vuelven a la normalidad.
De nuevo las fotografías, la impaciencia, el insomnio, la performance, la bulla y la música bonita. Aún estoy triste porque ya no escribo, pero hago historietas y diseños. Llamaré a la lluvia, a ver si de una vez regresan las palabras.
Quiero que vuelva la furia que me despeina, esos gritos que me desabrochan la garganta, los golpes a los que estaba acostumbrada, las caidas, el box y la histeria. Ahora son pequeñas cosas que se caen del gotero, tal vez algo parecido a la madurez.
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