Thursday, July 17, 2008

Esperando a Godot

Cuando leí Esperando a Godot tenía 19 años, después de eso quedé completamente enamorada de Samuel Beckett. "¿Habré dormido mientras los otros sufrían?¿Acaso duermo en este instante? Mañana, cuando crea despertar, ¿qué diré acerca de este día? [...] ¿Qué habrá de verdad en todo esto? [...] El aire está lleno de nuestros gritos, pero la costumbre ensordece" dice Vladimir mientras mira a su alrededor.

El aire está lleno de los gritos de los ilusos, pero tanto tiempo esperanzándose tampoco es suficiente como para seguir viviendo...tanto tiempo buscando algo sin saber qué es, esperando que un milagro nos llame por teléfono, que lo inesperado nos haga sumamente felices, que lo ocasional sea la cereza que corona los pasteles, que un día y otro sean completamente diferentes y bonitos, ligeros como una cometa que se lleva el viento.

Terminé pensando que yo también esperaba a Godot y ahora lo siento como hace mucho no me pasaba. Saber que aún estamos de pie porque esperamos algo que no sabemos si llegará.

Mi casa está que se derrumba, se le caen los recuerdos, se le cae la consciencia y el cariño, todo parece tan extraño...aunque al final siga siendo yo la extraña desadaptada y todo sea completamente normal, tan habitual que soy la única que no llega a comprenderlo. Al final termino despertando en un lugar en el que no debía estar.

Todos se van y me quedo sola acá, en "nuestra casa" como versa "La casa nueva" de Tito Fernández. Pasan los días y evito cantarla para que nadie aquí se ponga triste...

Sí, todo el mundo hace y deshace y yo no comprendo por qué. Aún sospecho que cuando llegue el día, ya en la noche, me dirán que todo fue una broma y nos reiremos juntos, felices, mientras se apagan las luces y bajan el telón.

2 comments:

George said...

ah claro... esa ya casi es una enefermedad de nuestros tiempos... esperando, siempre esperando...

y qué bonito verso el que recitas...

Octavio M said...

"Mi casa está que se derrumba, se le caen los recuerdos, se le cae la consciencia y el cariño, todo parece tan extraño...aunque al final siga siendo yo la extraña desadaptada y todo sea completamente normal, tan habitual que soy la única que no llega a comprenderlo. Al final termino despertando en un lugar en el que no debía estar".


Mi psique se derrumba. Como antes, como siempre. Es lo que dices, supongo. Es solo un estado anímico, me gusta pensar, sentir, decirme. Y luego pasa. Pero vuelve nuevamente. Ya qué más da. Lo mismo de siempre.