Monday, April 07, 2008

No duermo


No duermo 8 horas diarias ni tengo sueños cuando me acuesto. Mi cabeza es una maraña chiquita, un enredo de tres pelos, una opereta ambulante de tres centavos: un manicomio de piojos que cantan bizarros himnos de coros sicalípticos.

Y cada día escucho las mismas cosas, las frases recurrentes y las respuestas que a veces parecen un ejercicio mecánico...he ahí mis problemas con el lenguaje, pues más entrenido me resulta psicoanalizar que conversar abiertamente. Sin embargo, hace casi un mes me acompaña un maestro que en aviones de papel, aterriza cada noche en mi cama y me pinta la calma con palabras, es un mago fabricante de nubes dulces.

Debo tomar en cuenta también que mi organismo hace constantemente una campaña contra la hepatitis emotiva y que por ese motivo debo, de manera forzosa, olvidar la coherencia de mis actos y por ende la de quienes me rodean...con eso tengo asegurada una dosis del antídoto para no renegar.

Y esto, además de andarse moribundo, con los ojos hundidos y en sus bordes un par de redes de viejo pescador - que mar a dentro caza trofeos carcomidos por el tiempo - me llevan a recurrir a una falsa espada del augurio que me deje ver más allá de lo evidente...por eso no han de juzgarme por ser distraída, pues escucho perfectamente el vuelo de las moscas.

Me dedico a decir palabras chistosas para no pagar consulta médica ni dar explicaciones, a hablar poco y a decir con canciones o versos lo que cada quien necesita, como una sucursal ambulante de "abrazos gratis" - ojo, lamento decir que se reserva el derecho de admisión - en los que no hace falta decir mucho, basta sólo con estar ahí para lo que ocurra...Ayer, ojos bonitos me habló sobre la idea de ser una canción y yo inmediatamente escogí la que escucharán al final de esta catarsis escasamente coloquial - sí pues, esto me recuerda al hoyo que cavó la princesa muda del narrador de cuentos en el que grita para desfogarse y seguir manteniendo su promesa: "No hablar", lo que termina mostrándola más como un animal salvaje que como a un civilizado bípedo.

3 comments:

Pepefina said...

una uena terapia, a manera de catarsis, es escribir incoherencias
[sí que sí]

Octavio M said...

"Pues más entrenido me resulta psicoanalizar que conversar abiertamente". Podría decir lo mismo (de mí, claro).

¿Cuánto de cierto hay en las supuestas incoherencias, en la asociación de ideas, en esa práctica propia del surrealismo? ¿O cuánto de cierto hay en lo que se dice de broma? Fuera de lo que diga el Psicoanálisis al respecto, yo pienso que mucho.

George said...

"Me dedico a decir palabras chistosas para no pagar consulta médica ni dar explicaciones, a hablar poco y a decir con canciones o versos lo que cada quien necesita"

Hasta lo de no dar explicaciones, y me enferma que me las pidam "cuenta pues, cuenta", dicen, yo callo.