"Yo estoy preocupado, porque yo digo : En el año 2000 ojalá que el Perú no sea más fregado" [De la película "Juliana"]
Otra vez la pista, otra vez el rocío de la urbe nos cae helado y amarillo por la mañana, otra vez reconozco la calle después de un calmado fin de semana pero ni así me hago respetar frente a la señalización que parece cambiarse de lugar cada vez que me descuido.
"Esto no es paradero", entonces camino dos cuadras más. Estiro el brazo hasta donde pueda llegar pero como veo que no me hacen caso, opto por tirarme en la pista para que se detengan.
"Cerrado", ese es el nuevo nombre de las calles y avenidas, transeúntes apurados huyen en una lata de singular apelativo, con lunas y esmalte de color, por una luca vas hasta donde quieras llegar
- ¿O compare, ónde vash? shol veinte el pasahe
- Yo pago medio, cuñao. Mira tu tarifario...
"Aquí todo es chévere: la música, el chofer y el cobrador", así nos pintan un cómodo y reconfortante viaje por Lima y balneareos. Sí, lo único que no es "chévere" es que al fondo siempre hay un sitio ficticio, somos sardinas cerdinas apiñadas en una lata de conserva evidentemente popular y necesaria llamada "Micróbata".
En el desvío "Lima, avanza", los sueños tienen ruedas y smog, nuestra pista plancha las horas de plusvalía y sus asientos compartidos tienen un somnífero de arrulladores claxons y alaridos. Quisiera que todos los Micróbatas sean como el omnibus que describe Clavito en la película Juliana: "Así todo carcochita pero bien limpio por dentro, con un chofer que lo maneja como a una máquina de escribir".
El Micróbata cambia de cara, cambia de calles, mantiene sólo el trance de sus pasajeros, duermen las siestas que el stress no les permite, es un cinematógrafo itinerante que nos da vistas pausadas de ciertos episodios bizarros de una serie desconocida, entran las azafatas vendiendo dulces, manuales y hasta bolígrafos y peines...mientras unos se distraen con las ofertas de adquisiciones efímeras el resto busca otra salida, una curva de satisfacción.
1 comment:
Esta época de Lima manejada déspotamente por Castañeda y García, esta época de cumbres, desvíos, calles cerradas y tráfico insoportable ha devenido en una serie de inconvenientes y contratiempos en mí: estrés, ataques de pánico, dinero gastado de más, dolores de cabeza, gente que pude conocer y no sucedió, gente que conocí, experiencias que vivi (Pepefina, córtame que la lsita es larga), en fin. El punto es que dentro de todo, han pasado muchas cosas buenas. A pesar de todo y, quizás, gracias a ello también.
Un placer leerte, siempre.
Post a Comment