Natividad Blanca

Ella se llama Natividad Flores, es mi Atita, la mamá de mi papá. Esa foto se la tomé en la navidad del 2006, le regalé ese sombrero -le gusta coleccionar sombreros, entre otras cosas- y le gustó mucho, la vi tan emocionada que le dije:
- Atita, te tomo foto antes de que venga tu negro.
- Ay hija! tú y los negros. Loca, ya no me traigas más fulanos.

Adoro a mi Ati.

A mi Atita, Natividad Flores. Por todos sus días

Yo encontré muy tarde la canción que siempre quisiste bailar,
la he buscado sin medir distancias,
pensando en que volvería a tu hogar,
llevándote mis risas en el delantal de flores,
y me tomarías de las manos siguiendo con tus pasos el compás.

Tú quisiste ser mi única madrina, la que me vista de blanco,
la que me defienda de los castigos…
Hurgo en tus bolsos todavía
buscando esos relojes que dejaron de avanzar,
que detuvieron el tiempo para que te quedes conmigo.

Has cargado cuántas maletas llenas de fe,
Trajiste los paños más finos y suaves,
las historias más lindas de tus viajes.
Recorriste tantos lugares desconocidos,
Compraste unas zapatillas rojas como las de Dorothy,
y las hiciste mágicas.

Te inventé un amante y lo escondí entre tus ropas, en armarios,
tú reinventaste las sombras que confundían mi pasado,
conseguiste una pequeña lámpara para evitar mi fobia a los apagones.
He dormido en tu barriga suave y redonda.
Duerme mi niña, que te veo de lejos.
Hoy, no podré llevar al valle todas las flores que sembraste en tu jardín.